EL EGO Y LA LUCHA SOCIAL
- leonelmoralesn
- 11 jun
- 3 Min. de lectura
Este texto nace como una semilla sembrada en el corazón después de una larga pero reveladora confrontación interior que empezó abrir grietas en los muros de mi pensamiento. Aquí se cruzan el ego y la conciencia, la historia y el alma, las ideologías y el espíritu humano. No ofrece respuestas definitivas, sino destellos. Preguntas que no buscan inquietar, sino despertar. Tal vez, al leer estas páginas, también sientas ese leve temblor que sentí al tartar de comprender el comportamiento humano y su profunda obstinación por autosabotearse y destruirse.
¿De dónde provienen las ideologías políticas? Las ideologías son como ríos que nacen de fuentes invisibles. No brotan por capricho ni fueron escritas por una sola mano. Surgen del dolor y del sueño, de la lucha y de la esperanza. Son intentos humanos por ordenar el caos, por darle sentido a la vida colectiva. A veces unen como puentes. Otras, dividen como fronteras. Todo depende del corazón que las sostenga.
Origen del comunismo y del socialismo Mucho antes de que Marx y Engels le pusieran nombre, el anhelo de igualdad ya caminaba por el mundo. Hombres y mujeres soñaban con comunidades justas, donde la riqueza no fuera privilegio, sino derecho. El comunismo fue una utopía hecha palabra, y el socialismo una bandera que quiso envolver al oprimido. Pero sin conciencia, incluso los sueños más nobles pueden degenerar en cadenas.
El capitalismo y su origen Nació como un susurro en los mercados de la vieja Europa, cuando el comercio empezó a marcar el ritmo de la vida. El capitalismo trajo libertad para muchos, pero también olvido para otros. Transformó al hombre en productor, al tiempo en mercancía y al planeta en recurso. No es ni ángel ni demonio: es una herramienta que, sin conciencia, termina devorando a quien la empuña.
Feudalismo y transición Durante siglos, el mundo fue un castillo con muros altos. Reyes, nobles y siervos habitaban un orden inamovible, donde nacer definía el destino. Pero todo ciclo termina, y la historia abrió las puertas a una nueva era. El feudalismo cayó, no por rebeldía, sino porque la vida ya no cabía en sus estructuras. Así nació el deseo de libertad y también nuevas formas de esclavitud disfrazadas de progreso.
¿Caducan los sistemas? Todo sistema, como todo ser, tiene un pulso. Nace, crece, alcanza su esplendor y luego se agota. No hay tragedia en ello. Hay sabiduría en soltar lo que ya no vibra con la esencia de los tiempos. Lo peligroso es aferrarse a estructuras muertas por miedo al vacío. La conciencia es la llave que permite abrir la puerta del cambio sin destruir la casa.
El conflicto humano y la polarización No nacemos divididos. Somos uno, aunque lo olvidemos. La polarización no es natural: es sembrada, alimentada, propagada. El miedo es su abono, y el ego su jardín. Las élites que controlan comprenden que una humanidad dividida es fácil de guiar hacia el abismo. Pero cuando recordamos que el otro no es enemigo, sino espejo, entonces comienza la verdadera revolución.
Ego, el enemigo silencioso El ego no grita, susurra. No golpea, seduce. Te hace creer que eres superior, o que eres menos. Te divide por dentro y te separa de los demás. El ego quiere tener razón, no paz. Pero cuando lo observas, sin juzgarlo ni seguirle el juego, empieza a desvanecerse. Y en su lugar aparece algo más profundo: tu verdadero ser.
Cómo detectar al ego Lo verás en la necesidad de ser aprobado, en la urgencia por tener el último argumento. Se manifiesta cuando te comparas, cuando te ofendes, cuando sientes que debes demostrar algo. Pero también es una oportunidad: cada vez que lo descubres en acción, puedes elegir diferente. Y en esa elección, creces.
La lucha interna vs. la lucha externa Hay quienes marchan, y hay quienes meditan. Hay quienes denuncian, y otros que sanan en silencio. Ambas luchas son necesarias, pero la interna es la semilla. Sin ella, la revolución externa se convierte en revancha. Con ella, la acción se vuelve acto de amor. El mundo no necesita más gritos, necesita más conciencia.
¿Y si hacemos un nuevo comienzo? Quizá estemos justo en ese instante mágico en que todo puede reescribirse. No desde la violencia ni desde el resentimiento, sino desde el corazón. Este texto no tiene la pretensión de cambiar el mundo, pero tal vez pueda sembrar una chispa en quien lo lea. Y esa chispa, en manos conscientes, puede encender fuegos que iluminen el porvenir.
Si has llegado hasta aquí, no eres un lector común. Eres un alma en camino, un sembrador de conciencia, un constructor de futuros posibles. Este texto no se cierra en esta página: comienza ahora en tu vida, en tus actos, en tu forma de mirar. Porque todo lo que toca la conciencia florece, se expande y transforma.
Por: Leonel Morales
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