A PROPÓSITO DE POLÍTICA
Alguna vez leí un texto que decía, “Aquel que entra a la política con el argumento de hacer un cambio en el sistema, o es demasiado ingenuo o ya sabe a lo que va” yo me reúso a pensar y a veces cuestiono al autor de esa frase, aunque no voy a negar que logró hacer un hueco en mi cerebro y me mandó a reflexionar, sobre todo a analizar profundamente a quienes estamos eligiendo.
Si consecutivamente nos vemos decepcionados al dar nuestro voto, es porque el problema somos nosotros, es crudo decirlo, pero nunca el pueblo estará conforme con sus elegidos por más que estos se esmeren en hacer las cosas bien, eso ya es cultural y obedece a caminos trazados por gobernantes que se dejaron dominar por sus propios apetitos, por eso no me pondría en los zapatos de quienes elevan su nombre en el paredón porque como Jesucristo, saldrán crucificados, es de valientes hacerlo y lo peor de todo es que alguien tiene que hacerlo.
Tampoco se debe juzgar a quienes fallaron, no somos nadie para hacerlo al final somos seres humanos, de carne y hueso, frágiles, débiles, con egos muy altos, con ambiciones desmedidas y deseos insaciables, esto es suficiente para comprender que las soluciones no están en la política, sino en cada uno de nosotros, no obstante, admiro la valentía de aquellas personas con instintos de liderazgo, tal vez con más emoción que razón o más ímpetu que propuestas, o quizá con los deseos más puros de ayudar y servir a su entorno, lo importante y lo más valioso del ser humano, es que haga una evaluación desde los planos más profundos para que la humildad, la moral y su ética personal persevere y se anteponga al enemigo más poderoso, su propio ego.
Sueño con el día en que la manera de hacer política sea diferente, donde los oportunismos, los cálidos saludos, los falsos abrazos o los discursos amañados no sean un trampolín para llegar al poder, donde comprar conciencias se haya vuelto natural, donde el que tiene el mejor padrino o la plata este por encima de las ideas.
Los nuevos tiempos exigen cambios y de aquellos que ostentan el poder es responsabilidad iniciarlos, desde ahí debe nacer la nueva forma de hacer política, justa, transparente, ambientalmente amigable y sobre todo basada en principios de humildad, el pueblo más temprano que tarde pasará factura si no hay coherencia y honestidad en el discurso.
La política no es un reto personal, no es una ocasión para figurar, ganar reconocimiento o visibilizar egos, la política es el estado más puro honesto y limpio al que un ser humano debe aspirar, bien lo dijo Abraham Lincoln, del pueblo, con el pueblo y para el pueblo, por tanto, es de responsabilidad, madurez y una manera de desinhibirse para entregarse al servicio colectivo.
La humanidad decrece y se degrada a pasos agigantados y verá su propia destrucción si nuestros líderes no actúan con sabiduría y equilibrio, es responsabilidad de ellos desde lo más alto de la pirámide, dar ejemplo sin adoctrinamientos, sin fanatismos o preferencias.
L.M.
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